Se acaban las vacaciones y toca volver, poco a poco, a las obligaciones del día a día. ¡Qué rollo! Y que se lo cuenten a tu perro, ¿verdad? Y es que la vuelta a la rutina con tu perro puede hacerse más cuesta arriba de lo que te imaginabas.
Tanto si os habéis ido de vacaciones y ha vivido un sinfín de aventuras como si os habéis dedicado a estar en casa y descansar, seguro que no le gusta un pelo la vuelta al cole y al trabajo. Porque, para él o ella, ¡implica volver a pasar un montón de tiempo en soledad!
Consejos para afrontar la vuelta de vacaciones con tu perro
#1. Dedica tiempo a los paseos
Ahora que septiembre ya ha llegado, es hora de volver a los paseos de cada día. Es probable que si habéis estado fuera de vacaciones, hayan pasado dos cosas: la primera es que tu perro habrá perdido un poco los horarios y, la segunda, es que seguramente se habrá puesto en forma porque habréis hecho más cosas juntos. En cualquier caso, la rutina con tu perro ha cambiado, y ahora la rutina estaba siendo otra, y tiene que volver a cambiar.
Esto implica que tendrás que dedicar más tiempo del habitual a los paseos diarios con tu perro. En otras palabras, paseos de calidad.
- Reserva un rato más largo de tu rutina para ir al parque y a dar una vuelta, ya que tu perro necesitará más actividad física, por lo que será importante que combines entrenamiento, con sociabilización y paseos higiénicos.
- Además, es posible que no tenga muy claro que tiene que hacer sus cosas antes de volver a casa, porque durante las vacaciones quizá no ha tenido esa necesidad (sobre todo, si habéis estado en un sitio con jardín).
Aquí, evidentemente, no se puede generalizar, pues dependerá de cientos de cosas: edad, hábitos, entrenamiento, etcétera, pero ¡ten presente que son cosas que pueden pasar!
Déjale olfatear y, si puedes, llévale a sitios nuevos y desconocidos. El trabajo de olfato quema muchísima energía, así que llevarle a un sitio que no conoce con un montón de olores nuevos es una muy buena estrategia para afrontar la vuelta de vacaciones. Quizá podéis ir a un parque distinto del habitual o cambiar vuestra ruta de paseo: y no solo encontraréis nuevos olores, ¡probablemente también conozcáis nuevos perros con los que socializar y gastar esa energía extra!
#2. El tiempo a solas, dosificado
Durante las vacaciones tu perro y tú pasáis mucho tiempo juntos (y con el resto de la familia, ¡claro!). A la vuelta de vacaciones, este tiempo se reduce considerablemente porque toca volver al trabajo y al cole. Lo ideal es que en estos días le hayáis dejado un rato solo cada día, para que note menos la diferencia con la llegada de septiembre.
Si no lo habéis hecho, puede que vuestro perro desarrolle un poco de estrés los primeros días. Notaréis que ladra más insistentemente, que se pone más ansioso cuando llegáis a casa… Algunos perros pueden mostrar cierta ansiedad por separación en los casos más graves: en estas situaciones lo mejor es contar con asesoramiento profesional.
Sea como sea, que los primeros días tras la vuelta de vacaciones vuestro perro pase menos tiempo solo del que es habitual: si tenéis la posibilidad, intentad evitar que, de golpe, pase de estar todo el día con vosotros a quedarse 9 o 10 horas solo en casa.
#3. Enséñale a gestionar su tiempo en soledad
La vuelta de vacaciones también puede ser un gran momento para enseñar nuevas habilidades a tu perro. Los juguetes interactivos y de olfato pueden ser buenos aliados para sobrellevar la rutina diaria: tu perro tendrá que trabajar el olfato y también habilidades motrices para conseguir el premio.
Existen muchos tipos de juegos de inteligencia: los más habituales son aquellos en los que el perro tiene que levantar una pieza para conseguir el premio que está debajo (aseguraos de que el perro utiliza los juegos de inteligencia en vuestra presencia primero, para evitar frustración). En lo que respecta a los juegos de olfato, tienes un sinfín de opciones: la más fácil y económica es esconder premios por toda la casa y que tu perro tenga que buscarlos. Puedes ponerlos detrás de un mueble, dentro de una maceta vacía, encima de un estante… Otra opción es la alfombra olfativa, donde esconderás premios y tu perro tendrá que buscarlos entre los flecos.
Por último, no te olvides de los juguetes tipo Kong y similares: son juguetes que puedes rellenar con comida para que tu perro tenga que interactuar con ellos si quiere conseguir el premio.
A la vuelta de vacaciones, observa a tu perro
La vuelta a la rutina puede afectar de muchas maneras a los perros, en función de su carácter y de un montón de elementos contextuales: las horas que pasáis fuera de casa, la calidad de los paseos, el enriquecimiento ambiental… Así pues, hay perros que apenas muestran cambios en su comportamiento y otros que pueden estar más tristes o ansiosos.
Procura observar su conducta durante las primeras semanas y mantente al tanto de cualquier cambio: menos apetito (o todo lo contrario), pocas ganas de jugar, ladrido excesivo, comportamientos nerviosos… Si notas cualquiera de estas cosas, aplica las medidas que te hemos explicado, incluso, solicita asesoramiento profesional. ¡Y ya verás cómo, en poco tiempo, todo vuelve a la normalidad!