¡Hola! Ayer, cumplí 36 años. Y… ¡ya ves! a estas alturas de la vida pensaba que ya no tendría que trabajar los martes ni los miércoles… 🙁 En fin, que para dar un poco de variedad al blog se me ha ocurrido hablar de algunas cosillas sobre mí (como persona, y como educador canino).
Pensaba subir la entrada ayer, la verdad, pero, luego, me di cuenta de que, aunque el 8 de marzo (en mi caso), también es mi día, pues no lo es tanto como para otros temas más importantes. 😉 Así que intenté visibilizar el trabajo de otras compañeras y reservar este texto y la publicación en Instagram para hoy.
Tómatelo, valga la redundancia, como un pequeño anexo del Sobre mí.
Gestión emocional canina
Me interesan, principalmente, las áreas de gestión emocional y modificación de conducta canina que, a su vez, se derivan en otras doscientas mil. 😉 ¿Por qué? En mi trabajo, encajo dos líneas muy claras: el análisis funcional de la conducta (tradicionalmente, usado en Psicología) como método y la vertiente cognitivo emocional[*] (y sus herramientas), como técnica.
[*] Aclaro, aun así, que me defino más como educador cognitivo-emocional, porque la visión y la mayoría de técnicas que utilizo están muy influidas por este desarrollo teórico/protocolo de trabajo, pero no lo veo, ni mucho menos, como una superación del conductismo, la verdad, puesto que considero que todo es conducta, visible o no (en el humano, y en el perro).
Estoy aquí por la misma razón que la mayoría
Si hablas con educadoras y educadores, la mayoría te contamos una historia compartida. Un perro difícil. Un punto de inflexión. Un reto. Una situación por (y para) la que empezamos a formarnos y, luego, todo lo que habíamos planeado se cae, como un castillo de naipes. Pues algo así me pasó a mí también.
En 2010, Dana llegó a mi vida, y lo cambió todo. Desde entonces, siempre ha estado ahí (sigue, ahí: aquí) y me ha ayudado a entender mejor a los perros y a poder dar un giro de ciento ochenta grados a mi trabajo. A partir de 2014-2015, tenía claro que el mundo del perro era todavía más fascinante de lo que creía; a partir de 2018, supe que quería trabajar a tiempo completo de esto.
Una de las experiencias más duras con perros…
Fue tener que separar a mi manada tras un divorcio. Actualmente, vivo con dos perros (Dana y Argos), si bien hubo una época en la que fuimos seis junto a otros dos perros adoptados —Dae, terrier; Foc, pastor alemán— y dos cruces de Maine Coon callejeros (Teo y Nymeria), que viven con mi exmujer y/o con sus padres. Todos viven y siguen bien, viejetes, pero con buena salud, según sé. Les sigo echando de menos, pero así es la vida: cambio.
Amer… D’OH! Los míos, first
Durante varios años, he ayudado con proyectos sociales y animalistas, así como he realizado guarderías caninas, pero esto cambió entre 2021 y 2022. Como educador, actualmente, incluso me planteo la necesidad de incorporar nuevos perros a mi manada (por necesidades propias del trabajo), pero creo que es básico dar ejemplo y asegurar primero el bienestar de los miembros de tu propio hogar (Dana tiene 12 años y Argos 11 y son, cada vez, más perro-selectivos).
A menudo, esta decisión parece sencilla en el papel, pero, muchas veces, también supone delegar trabajos que requieran de múltiples figurantes caninos. En cualquier caso, para ser un buen profesional, primero la ética y el bienestar; después, todo lo demás.
Empatía y sensibilidad
Soy una persona (creo) muy empática, extrovertida y sociable; la mayoría de las veces, me facilita entenderme; otras veces, me complica el trabajo (y la vida) y otras muchas hace que todo sea mucho más guay, flipándolo en colores donde otra peña dice: «¿eso?, ¡bah!»
Desde mi punto de vista, la comunicación es la herramienta más poderosa que tenemos para conseguir cualquier cosa y, para esto, considero básico entendernos primero. Así que, de algún modo, lloriquear a escondidas viendo Titanic o… no sé, Up! (Up tiene momentos lagrimita, ¿vale?) hace que sea más fácil colaborar con guías caninos y mejorar el bienestar de sus perros: pa’mí, sin empatía, esto no es posible.
Humanidades, y naturaleza, y perros
Me licencié en Humanidades en 2010-2011 (UPF); después, estudié marketing (IIMN, ThePowerMBA), educación ambiental (UB) y, algunos años más tarde, educación canina (Natural Gos, El Educadog, etc.).
Por esta razón, creo que no hay un camino, sino muchos que, poco a poco, te llevan donde debes estar (en ese momento). Me encanta pensar así, porque ¿quién sabe dónde puedes estar en 10 años?
Escribía mucho, ahora lo que puedo
Antes escribía mucho, ¡incluso publiqué algún libro de ensayos y una antología de relatos! En los últimos tiempos, en cambio, me ha resultado imposible. (Y yo soy de los que creen que hay tiempo para casi todo…)
Espero poder retomar la práctica diaria en un futuro, aunque por ahora me conformo con poder trabajar de lo que me gusta, leer mucho, viajar y disfrutar de los míos.
Trabajador autónomo por antonomasia
Apenas he trabajado por cuenta ajena desde que empecé en el ámbito laboral. He sido autónomo el 99 % de mi vida (más de 15 años ya) y, aunque he tenido algunas buenas oportunidades, creo que lo del salario a fin de mes no me va mucho. Me gusta sufrir. 😉
Me encanta el deporte, la montaña y las artes marciales
Soy bastante adicto a cualquier cosa (cuando me da por algo, no hay quien me pare), pero tres de mis actividades favoritas en la vida son hacer deporte, montañismo y artes marciales. La primera y la tercera las he combinado mucho tiempo, pero actualmente me resulta muy complicado; a la segunda, siempre que puedo, le agrego perros por ahí.