Un etólogo analiza la conducta animal, mientras que un educador entrena a los perros. Entre las principales diferencias está el hecho de que un etólogo (siempre que sea veterinario) puede prescribir medicación, tiene formación superior (reglada) y suele centrarse en problemas concretos del comportamiento, mientras que un educador canino tiene conocimientos extra de adiestramiento, habilidades y pautas educativas.
Pero todo esto tiene muchos matices (si solo quieres los matices, al final de este artículo tienes enlace a otro sobre educación, adiestramiento y etología).
¿Te has quedado con ganas de saber más?
Te lo explico con más detalle.
¿Qué hacen los etólogos?
Los etólogos son veterinarios, químicos, biólogos o psicólogos que se han especializado en conducta animal (etología) a través de una formación de máster. Hasta hace poco, el acceso a la etología se encontraba más restringido, pero, en los últimos años, esta formación se ha ido abriendo a otras disciplinas.
Un etólogo o una etóloga analizan y diagnostican comportamientos animales y, a nivel comercial, suelen identificar problemas y proporcionar pautas de tratamiento. La etología requiere de un análisis conductual (como esto, pero para animales: aunque la mitad de ese libro es la hos*** para todos) que valora las causas de comportamientos como agresión, miedo, estereotipias, ansiedad por separación, territorialidad o protección de recursos. Además, tiene en cuenta los problemas orgánicos o biológicos de los animales.
Una vez identificadas las causas y planteada una hipótesis de origen (¿por qué empezó?) y de mantenimiento (¿por qué sigue sucediendo?), el etólogo hace una propuesta de trabajo y ofrece un seguimiento para el cambio de conducta.
¿Y qué hace un educador canino?
El educador, en cambio, se enfoca en trabajar pautas educativas, convivencia en casa y adiestramiento en obediencia (por lo menos, en la teoría). Si queremos enseñar una llamada, un buen paseo o entrenar a un perro de guarda, rescate o asistencia, el adiestrador es la mejor opción.
No obstante, dentro de esta variedad de disciplinas, hay profesionales enfocados en el ámbito comercial (yo, por ejemplo) y otros dedicados a entrenar perros de asistencia, para terapia o antidrogas.
Hasta hace 15 o 20 años, el adiestramiento era la principal forma de enseñar e interactuar con perros, si bien, el auge de los animales en las familias, la aparición de nuevas corrientes (cognitivo-conductual, cognitivo-emocional, conductismo influido por las terapias de tercera generación…) ha llevado a muchos profesionales hacia un ámbito más comercial, donde no es raro que los papeles de educadores y etólogos se malinterpreten o choquen.
Por qué confundimos educador y etólogo
Para cubrir una demanda creciente en el mercado, muchos educadores caninos se han formado en análisis de conducta (parte fundamental de la etología), así como en otras temáticas asociadas, como lenguaje canino, comunicación e incluso farmacología.
Todo esto, añade más leña al fuego.
Por un lado, un buen educador canino que tenga conocimientos de etología (por lo menos, en España), puede diagnosticar y tratar muchos de los casos que acogería un etólogo a nivel comercial: si cuenta con los conocimientos y no es necesario medicar, la ley se lo permite. Por el contrario, limitar la diferencia a que el etólogo puede dar medicación y el educador no, sería un error.
Principales diferencias entre etólogo y educador
A continuación, te explico las cuatro principales diferencias «de libro», si bien te adelanto que solo la tercera es poco discutible. Al final del artículo, te hago una valoración de por qué está ocurriendo esto.
- El etólogo estudia mediante el método científico el comportamiento animal, pudiendo especializarse en cánidos o felinos. La etología se centrará siempre en cuáles son las bases biológicas (ontogenia) y evolutivas (filogenia), y por qué han aparecido en una situación concreta. Por ejemplo, por qué el border collie acecha a la oveja. En cambio, el educador canino se enfoca en la enseñanza y entrenamiento de perros para que adquieran habilidades concretas: cómo hacer que el border collie pastoree mejor.
- El etólogo puede analizar, diagnosticar y tratar problemas orgánicos (como veterinario o biólogo, por ejemplo) y de conducta, mientras que el adiestrador enseña habilidades y comandos básicos, como pasear con la correa, sentarse o esperar.
- También suele destacarse el nivel de especialización: los etólogos sí han cursado una formación superior y especializada en etología, si bien las carreras apenas tienen temario sobre conducta y se limita a un máster. Por el contrario, en España, un educador canino no tiene una formación homologada adaptada para la práctica, arrastrando problemas de hace décadas (como puedes leer aquí, y aquí); no obstante, de nuevo, se centra en las técnicas de entrenamiento y comunicación con los perros.
- El alcance de trabajo es distinto (de nuevo, en teoría). La intención es que el etólogo comercial se centre en analizar y resolver problemas de conducta, desde el análisis conductual y una terapia adecuada; por el contrario, el educador (que si nos basamos en esta definición, podemos entender como adiestrador) trabajará con perros sanos, centrados y que necesiten habilidades básicas o entrenamiento especializado.
Los problemas en el mundo real…
La realidad, en cambio, es que muchos educadores nos hemos formado en análisis de conducta, combinando las herramientas que teníamos como adiestradores con el método científico (sobre todo, en el ámbito canino), mientras que muchos etólogos se centran en otras especies (gatos, aves, reptiles; también perros, por supuesto) y en conductas afectadas o vinculadas con la genética, la evolución del individuo o la química (cambios hormonales).
También es muy común que los buenos etólogos y los buenos educadores colaboren, generen relaciones y busquen alianzas en estas «tierras de nadie». En mi caso, colaboro de forma activa con tres etólogas de referencia y varios veterinarios para seguir actualizándome y, si es necesario, delegar o colaborar en una modificación de conducta; además, sigo formándome en conducta.
Por lo tanto, en España, se une una falta de regulación clara con un mercado libre donde ofrecer tus servicios y profesionales con poca formación que no siempre deberían estar llevando a cabo trabajos de adiestramiento, educación canina o consulta etológica. Para no equivocarte de profesional, quizá saber cómo encontrar un buen educador canino te ayude.
Si todavía quieres tener más claras las diferencias entre adiestramiento, educación y etología, te recomiendo que sigas por aquí:
Adiestramiento, educación y etología, ¿sabes qué es cada cosa?