El uso que tiene el color
Entre las razones más comunes que justifican esta petición de espacio están
- situaciones de salud delicada,
- miedo a otros perros o personas,
- experiencias o situaciones traumáticas,
- entrenamiento activo,
- y estados como el celo o la recuperación de una operación.
Sin embargo, como bien subraya la fundación, la presencia del lazo amarillo no indica peligrosidad (se utilizarían otros colores entonces, como el rojo), sino simplemente una necesidad temporal de calma y respeto por el espacio del animal. Esta comunicación visual permite que los dueños gestionen mejor el entorno de sus perros y reduce notablemente las interacciones inesperadas.
Los lazos amarillos en perros se ven más en el norte de Europa
Pese a que esta medida es conocida en países anglosajones, en España su impacto ha sido limitado (en el artículo del Post, se menciona una guía de colores propuesto por VetFormación, que ya hemos comentado en el artículo anterior) para facilitar la comunicación visual.
La lista de colores (aquí puedes ver todos) asigna diferentes significados al color de la bandana o lazo: por ejemplo, el rojo sugiere precaución, el verde indica sociabilidad, el azul identifica a perros de servicio y el morado alerta de no dar de comer al perro. Por descontado, los matices están geniales, pero el amarillo es aquel color más reconocido y fácil de implementar.
Este sistema de comunicación para perros y guías, sin embargo, aún enfrenta barreras para convertirse en una práctica común y reconocida. Como explican los defensores de The Yellow Dog Project, «muchas personas no conocen el significado del lazo amarillo, lo que impide que la medida tenga el impacto deseado.» También se propone integrar esta idea en la educación pública (la Ley de Bienestar Animal sería un buen momento, ¿no crees?) y la visibilidad de estas señales de colores podría ayudar a fomentar un respeto mayor hacia las necesidades de cada animal y, en última instancia, crear un ambiente más seguro y cómodo para todos.