Enseñar a tu perro un comando de «a tu sitio» es ideal para que el perro entienda que tiene que mantener una posición, ir a un punto e incluso calmarse, en algunos casos.
Algunos ejemplos habituales pueden ser:
- Llega el repartidor de Amazon, y quieres controlar a tu perro
- Necesitas que tu perro se tumbe en su cama mientras coméis fuera
- Se ha puesto muy nervioso (sobreexcitado) jugando con tus hijos y quieres que reduzca un poco la intensidad de la conducta
Si lo practicas como te voy a explicar, conseguirás una señal que puedes utilizar para enviar al perro a una posición, su cama o un transportín, por ejemplo.
Paso 1. Te servirá una manta, toalla, cama para perros e incluso un transportín (puedes ver el vídeo arriba). Coge premios y haz que el perro se acerque a la posición, cuando esté cerca o encima felicítale (también puedes usar clicker: aquí, marcarías «clic») y premia con comida. A continuación, avísale de que ya puede apartarse (por ejemplo, dile: «¡vamos!», «ya está» o «¡libre!»). Repite este ejercicio entre 8 y 10 veces.
Paso 2. Después de repetir el paso 1, señala la cama con la mano (mejor con la que entregas los premios). Si el perro se acerca, toca la cama o se coloca encima. Felicita, premia y repite la palabra que has elegido como liberadora («¡ya está!»). Si observas que el perro entiende que quieres que vaya a la cama (va 4 o 5 veces seguidas, por ejemplo), vamos a pasar al paso 3; si no lo entiende (no acierta ni el 50 % de las veces), volveremos a empezar con el paso 1.
¡ESPERA! ¿Señal liberadora?
Si te estás preguntando qué es una «liberadora» piensa en una señal que le indica a tu perro que puede dejar de hacer algo. Hay muchas conductas que podemos trabajar (ir a un sitio, esperar, mantener una posición…) que nos interesa que sean «estables» y «permanentes» mientras no digamos lo contrario al perro. En mi caso, utilizo «OUI» o una doble palmada como liberadora hacia fuera y «OK» como liberadora hacia dentro. ¡Pero eso queda para otros artículos!
Paso 3. Escoge una palabra (comando verbal). Puede ser cualquiera, desde «cama» hasta «ve a tu cama», «ve», «sitio», etcétera. Pronuncia la orden, señala la cama y espera a que tu perro se coloque. Felicita (o marca el comportamiento con el clicker), libérale de la posición y entrega el premio (aparte). Repite entre 10 y 15 veces este ejercicio.
Paso 4. Si ya empieza a ir a la esterilla con el comando verbal, puedes empezar a pedirle un «sentado» o un «tumbado» allí (pídele una cosa o la otra, no ambas). Mi recomendación es que «induzcas» ese comportamiento de forma gestual, pero no utilices otras ordenes (sienta, tumba, etc.) Cuando realice las conductas que estás buscando, premia en la cama y libérale de la posición. Repite este ejercicio, por lo menos,10 veces.
Paso 5. Para terminar, empieza a pedirle al perro que vaya a su sitio. Espera. Si se sienta o se tumba, felicítale/haz clic y dale un premio; después, libéralo de la posición. Si se queda de pie, vuelve al paso 4; si lo hace casi todas las veces, pasa al paso 6.
Paso 6. ¡Ahora vamos a ir alargando el tiempo en la posición! Para ello, pídele un «a tu sitio» y, cuando se haya sentado o tumbado, empieza a premiar cada pocos segundos; felicítale de forma constante y premia, una y otra vez. Lo ideal es que puedas alargar la entrega de los premios, pero sin que se levante (pista: en este caso, estás premiando muy poco o muy lento). Después, libera. Espera un rato antes de repetir el ejercicio.
Además, como consejo extra, te recomiendo aumentar los tiempos de forma progresiva, pero cuanto antes, no lo hagas lineal: es decir, premia cada segundo, cada 2 seg; después premia cada 4 seg, luego 3 seg, luego 1 seg, luego 6 seg, luego 2 seg…. (Para más información, puedes leer sobre programas de reforzamiento.)
Entrenamiento avanzado
Cuando el perro ha empezado a entender bien el ejercicio, podemos empezar a introducir distracciones que hagan más difícil que «mantenga la conducta». Estos ejercicios nos permiten sobreentrenar y fomentan el control guía-perro.
Algunas distracciones que puedes utilizar son:
- Juguetes chirriantes
- Otros perros de la casa
- Tú u otras personas de la casa moviéndose
- Personas conocidas que entran en casa
- Personas desconocidas que tocan el timbre
- Personas desconocidas que entran en casa
- Dar la señal de «a tu sitio» con el perro en otra habitación
- Distancia (e incluso pérdida de la línea de visión)
También podemos practicar órdenes relacionadas. Por ejemplo, con uno de mis perros he trabajado que, cuando llegan personas a casa, debe ir a su transportín y esperar a que yo le permita saludar (es muy intenso, el pobre).Para enseñarle eso, he trabajado todos los pasos anteriores y, a posteriori, le incluí una señal de «a tu sitio» cuando suena el timbre o aparece alguien por la puerta del jardín. Poco a poco, hemos generalizado esa conducta sin necesidad de que yo diga nada (ante la situación, he esperado a que diese la conducta y, a continuación, he premiado y liberado).
Recuerda: ¡ten paciencia y trabaja de forma constante! Respeta los tiempos de descanso del perro (las sesiones quen o se alarguen más de 5 minutos; los descansos que duren, por lo menos, 30 minutos). Cada perro aprende a su ritmo y tenemos que adaptar el entrenamiento a sus necesidades.