La enfermedad de la válvula mitral, que afecta principalmente a la válvula encargada del flujo sanguíneo desde los pulmones al corazón, es una de las afecciones cardíacas más comunes en perros de razas pequeñas y medianas. De media, hasta un 75 % de los peludos pueden desarrollar esta condición a medida que envejecen.
La explicación más sencilla sería que al deteriorarse la válvula mitral, la sangre retrocede hacia la aurícula izquierda, lo cual genera presión y, en etapas avanzadas, puede causar acumulación de líquido en los pulmones, dificultando la respiración y provocando síntomas graves. (Si tienes dudas concretas, encontrarás respuesta a las más habituales en este artículo, que me ha parecido completísimo.)
Razas con mayor predisposición a la enfermedad
La enfermedad de la válvula mitral afecta en gran medida a ciertas razas de perros, y algunas tienen un riesgo notablemente más alto debido a su predisposición genética.
Las razas más afectadas incluyen:
- Cavalier King Charles Spaniel, que tienen predisposición genética y pueden desarrollar esta enfermedad a una edad temprana; incluso antes de los cinco años, por lo que se recomienda realizar controles cardíacos anuales desde los dos o tres años.
- Caniche. Por norma, son perros sanos, pero la enfermedad de la válvula mitral suele desarrollarse con la edad, por lo que es clave monitorizar de forma constante.
- Chihuahua: Estos perros de tamaño pequeño tienen un alto riesgo de desarrollar la patología, lo que requiere atención veterinaria regular.
- Además, todas estas razas presentan una incidencia considerable de la enfermedad, por lo que la vigilancia cardiológica es esencial para detectar signos tempranos: Yorkshire Terrier, Shih Tzu, Bichón Frisé, Dachshund y Pomerania
Opciones de tratamiento de la enfermedad de la válvula mitral
Aunque la enfermedad no tiene cura, aunque existen tratamientos (farmacológicos) para ralentizar su progreso y mejorar la calidad de vida del perro, así como intervenciones quirúrgicas.
Con un peludo joven, se puede optar por técnicas quirúrgicas avanzadas, como la técnica «edge to edge» o V-Clamp (más eficiente en perros más mayores), que ayuda a controlar el flujo sanguíneo y reduce la necesidad de medicación prolongada.
En perros ancianos, será necesario un análisis veterinario exhaustivo para evaluar los riesgos y beneficios, tanto de los tratamientos quirúrgicos como farmacológicos; estos últimos permiten manejar los síntomas y mejorar su bienestar en las etapas avanzadas, cuando la cirugía no está recomendada.