¿Sabes cada cuánto tienes que cambiar el collar antiparasitario de tu perro? (Spoiler: hay alternativas)

¿Sabes cada cuánto tienes que cambiar el collar antiparasitario de tu perro (Spoiler hay alternativas)

La protección de los peludos frente a parásitos externos sigue siendo una asignatura pendiente. Cada vez, le damos más importancia a la prevención, pero todavía queda camino hacia una concienciación total. Sobre todo, en un país con tanto riesgo de leishmaniasis como España. Entre las opciones disponibles, el collar antiparasitario suele funcionar bien como una solución útil, relativamente económica y muy efectiva.

No obstante, es importante señalar las diferencias entre la desparasitación interna y externa, así como la recomendación habitual de optar por dos de las tres opciones de protección para complementar, pastilla, collar o pipeta, pero nunca para cubrir el mismo tipo de protección.

Cómo funciona el collar antiparasitario

Un collar antiparasitario es una de las medidas básicas de protección frente a pulgas, garrapatas y mosquitos. En el caso de los perros, suele ser una opción más cómoda y menos invasiva que las pastillas, por ejemplo. Y dura más tiempo, que también importa (en prevención, y en presupuesto). ¿Es obligatorio? No, hay otras opciones de prevención. ¿Es la más recomendable? Sí.

Los collares se diseñan para liberar, gradualmente, sustancias químicas que repelen o eliminan parásitos de forma externa. Su principal ventaja es que permiten reducir enfermedades parasitarias, como la erliquia o la leishmania. Además, la durabilidad del tratamiento se ha ido incrementando hasta los 8-12 meses de duración, pudiendo proteger a tu perro o gato por un coste reducido al año (de media, 25 a 40 euros).

¡Incluso sin un contacto directo con la piel, como la opción de utilizar un collar antiparasitario en la funda del collar.

Las primeras veces que ponemos collares antiparasitarios a nuestros perros debemos fijarnos, sobre todo, en reacciones cutáneas (son basntate raras) y otros efectos secundarios poco probables. También ha habido bastante crítica sobre el uso de pipetas, pastillas y collares, la realidad veterinaria y la ciencia son claras: hoy, más que nunca, necesitas conocer y sacar partido a estas herramientas en un entorno de cambio climático.

Marcas líderes de collares antiparasitarios: Scalibor y Seresto

Entre las opciones más reconocidas en el mercado, Scalibor y Seresto destacan por su eficacia y durabilidad. Siempre he recomendado el primero por un tema de calidad-precio-durabilidad, así como por ser la opción más conocida y accesible desde hace años.

  • Scalibor es efectivo contra garrapatas (hasta 6 meses) y pulgas (hasta 4 meses), pero su acción frente al mosquito transmisor de la leishmania puede extenderse hasta 12 meses, lo que lo convierte en una solución versátil para climas cálidos o con presencia prolongada de mosquitos.
  • En cambio, Seresto ofrece 8 meses de protección frente a pulgas y garrapatas, pero una duración menor frente a flebótomos.

En este sentido, si vamos a apoyarnos en pipetas o pastillas de desparasitación interna-externa, optar por Scalibor nos da una seguridad mucho mayor (en tiempo) frente a los mayores riesgos asociados a los parásitos en España y Latinoamérica, como el flebótomo. En cualquier caso, los dos son resistentes al agua y liberan los principios activos de forma constante.

Estudios recientes han demostrado que tanto Scalibor como Seresto ofrecen una duración más prolongada de lo que se había creído. Esto es una gran noticia a todos los niveles, y demuestra la importancia de optar por opciones de calidad. Y ¿hay opciones más económicas? Sí, pero no las compres. Así de claro. Es probable que puedan proteger durante un tiempo menor y un rango menor de posibles amenazas, pero la inversión-riesgo no vale la pena.

Prevenir contra la leishmaniosis: prioridad en la salud canina

La leishmaniosis canina es una enfermedad parasitaria crónica que puede presentar un cuadro clínico complejo y potencialmente mortal. Sus síntomas habituales son pérdida de peso, ganglios inflamados, problemas cutáneos, oculares e incluso insuficiencia renal. A pesar de los avances en tratamientos y la existencia de una vacuna preventiva, que no es 100 % efectiva (aunque mejora el pronóstico de los perros infectados), la enfermedad sigue siendo un desafío en zonas endémicas, por lo que la prevención es clave.

Hoy, se considera que combinar la vacuna de la leishmania con collares o pipetas será clave para eliminar la enfermedad. Hay dos puntos clave aquí: por un lado, al no ser 100 % efectiva, la vacuna no hace que no tengas que usar collar; por otro lado, incluso los perros infectados, deberían usar collar, porque pueden ser «reservorio del parásito» y un flebótomo que les pique, puede transmitirlo a otro perro de la familia o cercano.

En conclusión, los collares antiparasitarios son una herramienta fantástica (esencial, también) para proteger la salud de nuestros perros. Su facilidad de uso, efectividad y la posibilidad de combinar su acción con otras medidas de prevención (vacunas, pastillas, pipetas) son básicas para cualquier familia responsable.

Y si estás pensando en el precio, ten presente que el ahorro a largo plazo y los beneficios para la salud de nuestras mascotas superan con creces la inversión.

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