Aunque te asustes, tu perro necesita que te mantengas calmado. El contagio emocional y por qué los perros pueden contagiarse del estrés humano

Aunque te asustes, tu perro necesita que te mantengas calmado. El contagio emocional y por qué los perros pueden contagiarse del estrés humano

¿Alguna vez has notado que tu perro parece inquieto cuando estás nervioso? Pues no, no es casualidad, igual que tampoco lo es que a César Millán muchos perros le hagan caso (al margen de que ignore las señales y la comunicación, que eso es otra historia). Esto se debe a que los perros son sensibles a nuestras emociones y pueden «contagiarse» del estrés humano. Se trata del famoso «contagio emocional».

Por esta razón, incluso en una situación de estrés, mantener la calma no solo será beneficioso para los implicados, sino también para el perro. Y esto aplica a la mayoría de situaciones (por difícil que sea), como una pelea entre dos perros, las conductas reactividas por miedo ante personas o un perro con altos niveles de estrés o ansiedad en situaciones de calle.

¿Qué es el contagio emocional?

Por definición, el contagio emocional es un fenómeno donde un individuo refleja las emociones de otro. En el caso de los perros, estudios han demostrado que pueden sincronizar sus niveles de estrés con los de sus guías o tutores. En otras palabras, si estás estresado, tu perro puede percibirlo y experimentar un aumento en su propio estrés.

Si convives con perros, o paseas con perros, esto no debería sorprenderte mucho, pues en una manada es algo relativamente habitual, ¿verdad?

En un grupo con un perro con un nivel alto de estrés y, ante un evento cualquiera (viene otro perro paseando), uno se altera y a los otros les pasa lo mismo. Aquí, en este caso, puede unirse el «sentido de manada» ante un posible peligro o riesgo común: son animales gregarios. Sin embargo, esto puede ocurrir en otras situaciones: un perro pasea nervioso en cierto entorno, simplemente, y los otros empiezan a actuar con mayores niveles de ansiedad; a un animal no le gusta ir en coche, y todo escala en cuestión de segundos dentro del vehículo.

Con personas, ocurre tres cuartos de lo mismo, y hay numerosa bibliografía que puedes consultar (al final del artículo, te dejo algunas fuentes). Se trata de un fenómeno que es lógico que ocurra entre perros y humanos debido a la historia evolutiva que los ha unido durante miles de años; además, ha sido ampliamente estudiado hasta la fecha y se apoya en respuestas condicionadas y operantes, como el lenguaje gestual, las hormonas y el tono de voz.

¿Cómo perciben los perros nuestras emociones?

Cuando hablamos de contagio emocional, a menudo, creemos que los perros nos pueden leer «mágicamente», pero es algo más… científico.

Si te fijas, una persona nerviosa delante de ti, te pondrá nervioso a ti rápidamente. Esto ocurre por varias razones, pero destacaría el hecho de que hay equis señales que tu puedes asociar a peligro (movimientos exagerados, falta de control, discurso inconexo…) junto con las experiencias negativas basadas en esas situaciones (expectativa, aprendizaje por consecuencias).

Tu perro hace exactamente lo mismo para leerte:

  • Observa tu lenguaje corporal, acostumbrado a conocer tus posturas y gestos: cuando tu postura se tensa, te mueves de forma brusca o actúas de un modo poco habitual… algo no anda bien.
  • Puede oler tus cambios hormonales, y esos cambios se asocian por condicionamiento clásico (relación de estímulos) a situaciones de estrés, como picos de cortisol, por ejemplo, que pueden ser detectados por los perros y asociados como estímulos desencadentes (la expectativa es que después de ese olor, pase esto otro), otros estímulos condicionados (sudar, moverse de forma extraña, tensar la correa) y ciertas respuestas operantes (comportamientos)
  • Hay señales evidentes de que algo no va bien también, como los cambios en el tono de voz, y un listado enorme de situaciones que pueden asociarse a retirada de premios o aparición de castigos (no tienen por qué ser castigos físicos, puede ser coger al perro con la correa y «restar libertad», por ejemplo), que nos resultaría difícil analizar fuera de laboratorio o una situación controlada.

¿Por qué es importante mantener la calma?

Cuando te enfrentas a situaciones estresantes, como una visita al veterinario, una presentación con otro perro o un paseo por una zona llena de estímulos (personas, perros, coches, ruidos), tu perro buscará en ti señales sobre cómo reaccionar. Para frenar el contagio emocional, lo mejor es que te muestres calmado y relajado: le transmitirás seguridad. Por el contrario, si estás ansioso, es probable que tu perro también lo esté, lo que puede llevar a comportamientos no deseados o aumentar su nivel de estrés.

¿Quiere decir esto que estar calmado es suficiente para que todas las situaciones se mantengan bajo control? En absoluto: tu perro puede estar de los nervios al margen de cómo tú estés, pero aquí estaríamos hablando de:

  • Trabajar situaciones problemáticas o desencadenadores de problemas para tu perro de forma responsable
  • No echar más leña al fuego agregando más posibilidades de aumentar estrés o ansiedad

Desde siempre, suelo recomendar varios trucos para las familias que tienen problemas de contagio emocional:

  • Respira con tranquilidad antes de enfrentar una situación que creas que puede generarte estrés: controlar las distancias y los tiempos suele ser efectivo.
  • Construye un buen paseo y trabaja el manejo de correa, son técnicas que te ayudan a mantener la calma en muchas situaciones.
  • Prepara a tu perro, si no estás cómodo/a, incluye nuevas situaciones de forma gradual con nuevos entornos, y asociándolos a experiencias positivas.
  • Si una situación no sale bien, evalúa qué está pasando ahí (¿intentas presentar a tu perro de forma directa a otros perros y no funciona?, ¿tensas la correa instintivamente y acortas distancias?); cuando lo hayas identificado, busca situaciones más sencillas, y trabájalo; después sube la dificultad, poco a poco.
  • Busca apoyo profesional. Si la cosa no mejora, o sientes que no puedes controlar tu estrés o el de tu perro, considera consultar a un profesional en comportamiento canino.

Al fin y al cabo, nuestros perros son espejos de nuestras emociones.

Eso no quiere decir (para mí) que te ha llegado el perro que necesitas, o este tipo de cosas que se leen en redes, pero sí que pueden ser un reto o una oportunidad para mejorar vuestra relación.

En cualquier caso, actitud calmada, positiva y mejoras graduales para prevenir el contagio emocional. Tenía un profesor que decía… cuando vayas tranquilo, relajarás mejor la correa.

Y eso, no es poca cosa.

Lecturas recomendadas:

 

Mariti, C., Ricci, E., Zilocchi, M., & Gazzano, A. (2021). The dog–human attachment relationship: Benefits and consequences for both species. Frontiers in Psychology, 12, 712606. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2021.712606

Kerswell, K. J., Bennett, P. C., Butler, K. L., & Hemsworth, P. H. (2015). Self-reported comprehension ratings of the interpretation of dog behavior. Royal Society Open Science, 2(8), 150505. https://doi.org/10.1098/rsos.150505

Nagasawa, M., Mitsui, S., En, S., Ohtani, N.,  et al. (2014). Oxytocin-gaze positive loop and the coevolution of human-dog bonds. Physiology & Behavior, 133, 72–78. https://doi.org/10.1016/j.physbeh.2014.05.004

Horowitz, A. (2019). Attention to attention in domestic dog (Canis familiaris) dyadic play. Frontiers in Psychology, 10, 1678. https://doi.org/10.3389/fpsyg.2019.01678

Nitzschner, M., Melis, A. P., Kaminski, J., & Tomasello, M. (2017). Dogs (Canis familiaris) evaluate humans on the basis of direct experiences only. Animal Cognition, 20(2), 219–229. https://doi.org/10.1007/s10071-017-1092-8

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