Adoptar a un perro sénior tiene muchas más ventajas de las que te imaginas. Los sénior encajan en la mayoría de las casas, pero hay un problema clave

Adoptar a un perro sénior tiene muchas más ventajas de las que te imaginas. Los sénior encajan en la mayoría de las casas, pero hay un problema clave

La adopción de viejetes o ancianos peludos sénior es una opción que, aunque a menudo se pasa por alto, ofrece innumerables beneficios tanto para el animal como para la familia. Adoptar a un perro sénior suele tener unas ventajas que, a menudo, pasamos por alto, pero también dos problemas clave que debemos tener presentes.

En este artículo, voy a tratar de ser realista y conciso, porque si te estás planteando adoptar, hay más puntos a favor que en contra (y dependiendo de tu día a día, un perro sénior es una opción brutal, de verdad).

Los pros de adoptar a un perro sénior

Carácter definido

Ante todo, un perro adulto tiene el carácter definido y un temperamento estable, aunque los perros más ancianos puedan sufrir de disfunción cognitiva canina. Esto hace que el periodo de adaptación sea, por norma, mucho más sencillo, ya que el perro está acostumbrado a atender, llegar a acuerdos y adaptarse. Todo ello no quita que debamos informarnos sobre su historial de vida (aprendizaje) y estar dispuestos a trabajar con él durante un tiempo; nada tiene que ver un perro reactivo con otro que ha sido renunciado en una protectora.

Menos demandante

Entre los pros, se suma una menor demanda de ejercicio físico y de enriquecimiento y estimulación mental —los niveles de energía son menores. De este modo, el perro sénior es una gran opción para personas mayores o con un estilo de vida menos activo. ¿Quieres llevarlo a pasear dos o tres horas diarias y darle una vida mucho más activa? Entonces, busca mestizos o razas que encajen con tu carácter y, si puedes, que tengan más de 1-2 años (un cachorro tampoco podrá hacer eso hasta la adolescencia).

Además, los perros mayores suelen disfrutar más de las rutinas predecibles, lo que los hace ideales para familias que buscan estabilidad en el día a día.

Pocos problemas de conducta

Su educación, además, ya está asentada, aunque podemos seguir enseñándole habilidades, trucos y nuevas rutinas durante toda la vida (cualquier otra idea es un mito), pero su energía más baja hace que los comportamientos destructivos o vinculados a la exploración sean escasos. En cambio, sí se suelen mostrar agradecidos y afectuosos ante aquellas personas que ofrecen una segunda vida (si bien cada perro tiene una personalidad).

Asimismo, un perro sénior suele tener menos oportunidades de encontrar a una familia, por lo que estamos contribuyendo a reducir los problemas de abandono animal y, a la par, permitimos a otros perros que puedan llegar a tener una oportunidad.

La cara B: salud y tiempo

Por otro lado, debemos ser conscientes de que los perros mayores pueden presentar problemas de salud relacionados con la edad. Esto se traduce (o puede traducirse) en visitas más frecuentes al veterinario y gastos extra. También en dietas especiales y suplementos.

No obstante, considero que lo importante al tomar esta decisión es asumir que las expectativas de vida son menores. Esta visión realista puede hacerse dura para muchas familias, que deben plantearse bien que esos momentos, únicos y gratificantes, puede que duren menos años.

Adoptar a un perro sénior suele ser (en casi todos los casos que conozco, y que la adopción era buscada y se hizo con ganas) una época de generosidad, vínculo y aceptación de la vulnerabilidad, y todos los que hemos adoptado a perros ancianos sabemos lo importante que han sido para nosotros, y la profunda huella que nos dejaron al marchar.

Para mi adoptar a un sénior ha sido una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida desde mi primer viejete, Caos, en 2012.

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