La prensa, una vez más, parece empeñada en sacar punta a los titulares bomba fruto de Tiktok e Instagram. En este caso, ElHuffPost trae uno curioso: «Un adiestrador de perros pide que hagamos este conmovedor acto cuando entramos por la puerta». (Por cierto, de conmovedor, nada de nada). Se resume en algo muy, muy oído: ignorar a los perros al entrar por la puerta de tu casa.
Te explico.
(No) ignorar a los perros al entrar por la puerta
El adiestramiento y las pautas educativos son temas complejos, repletos de dependes. Según la noticia que te enlazo arriba, Steve Del Savio, tiktoker y ¿psicólogo canino? (eso dicen), uno de los errores más habituales al llegar a casa es interactuar efusivamente con nuestros perros.
Él desaconseja esto, y comenta que ignorar a los perros al entrar a casa (sin contacto visual, físico ni verbal) ayuda a mantener su equilibrio emocional, y evita que desarrollen ansiedad y sobreexcitación cuando llegas tú o vienen visitas.
@packleaderdogsWhenever I do a post about this, I get people who make comments like, «You must be fun at parties'» or «Do you even love dogs?» The way I see it, I love my dogs enough to sacrifice my pleasure of petting them highly aroused at the front door, which is more for fulfilling my emotions than theirs. I’m always thinking about whats best for them before whats best for me. I realize that practicing no touch, no talk, and no eye contact with your dog when you return home isn’t the most pleasurable or fun experience for YOU. It would be way for fun and to get all excited, look right at them, start petting them to get them even more aroused, and say, «Hi guyssssss!» The problem with that is that I’d be creating an association at the door that when humans enter, the dogs are expected to practice excitement/arousal. As that excitement/arousal increases, it can turn into whining, jumping, and barking when we arrive home. Then, when a friend, family member, delivery person, etc. come to your front door, your dog will likely get very aroused/excited. With this association, some dogs will just be a handful to deal with at the front door. Jumping on guests, barking, whining, invading space, running crazy, etc. But with some dogs, that arousal/excitement can be paired with fear when it’s not a person they know which can cause them to panic, run away, growl, bark, or even try to bite. My suggestion is when you come home not to make it such a big event. As you can see, my dogs are still happy to see me but aren’t going crazy. By not touching, talking, or giving direct eye contac right away, it allows the dogs meet us the way they naturally do with rheir own species, by using their nose to see where weve been, how we feel and who weve been around. After that event is over, I’ll walk in, put my things down, and maybe take care of a few things while the dogs relax. Once they are relaxed, I’ll go give affection, take them out to play, go for a walk, etc. The key is making sure the event of «human entering door» is complete and finishes with calmness before doing anything else. Does practicing no touch, no talk, no eye contact at the front door make sense to you?♬ original sound – Pack Leader Dogs
He cotilleado un par de vídeos suyos (en Instagram), y suele comentar: “[Esto] Les permite usar su nariz» (eso es genial, la verdad) «y decir: ‘¿Qué energía tiene este tipo?’ Su planteamiento es que, si tú mantienes la calma, los perros se mantienen tranquilos.
Hay otras educadoras caninas, como Katrina Warren, que comentaban que, de este modo, se puede privar a los perros de un momento importante de conexión emocional. Y otras familias señalan que esta interacción en la puerta es uno de los momentos más especiales del día para ellos y sus peludos. En cualquier caso, esto último poco o nada tiene que ver con que sea bueno o malo para el perro.
Dicho esto, ¿qué podemos aprender de este lío?
Es importante mantenerse calmados
Lo que no vende tanto, pero es más acotado a la realidad (a mi pareer) es que un estado calmado al llegar, o marcharnos, puede prevenir problemas de ansiedad o sobreexcitación en la mayoría de los perros. En algunos casos, esta excitación será relativamente menor, mientras que en otros, puede resultar problemática, debido al tamaño o a la escasa gestión emocional.
Sin embargo, no es una regla universal. No todos los perros reaccionan igual, ni se recuperan igual de rápidos o lentos frente a un cambio en el entorno o el contexto estimular (si nos ponemos más técnicos); además, debemos tener en cuenta sus necesidades individuales. En mi caso, siempre saludo a mis perros, pero nunca hago grandes «fiestas». Mantengo un contacto físico moderado, suelto un par de «holas» y, cuando estás tranquilo (si te habías puesto nervioso, que es poco probable), entonces interactuamos de forma más directa (o intensa).
Cuidado con los «líderes de la manada»
Por desgracia, todavía hay muchos perfiles (en EEUU esto es muy común aún, al menos, así se desprende de Tiktok) con ideas taxativas, rígidas, claras. «Haz esto, y tu perro será perfecto.» Vale, pues es mentira: lo siento. La idea de ignorar completamente a un perro al entrar evoca conceptos de adiestramiento basados en la teoría de la dominancia y el macho alfa, populares hace décadas.
El equilibrio emocional es clave, pero un enfoque excesivamente rígido pasa por alto la naturaleza social del perro doméstico y su capacidad para adaptarse a patrones de convivencia con los humanos. Aclaro que no tiene nada de malo mantener en el perro una expectativa escasa o mínima al llegar o al marcharse de casa, pero en absoluto es condición sine qua non para convivir con un perro. (No sé, a mí me gusta que los perros me vengan a saludar cuando llego, ¿a vosotros?).
Estas cosas… bueno, suelen propiciar cambios bruscos
Cambios bruscos en la rutina, digo. Y es que integrar consejos genéricos sin analizar el contexto de tu perro puede generar frustración y ansiedad. Las pautas educativas deben ser consistentes, predecibles y adaptadas a cada animal, evitando que la familia caiga en la trampa de soluciones rápidas.
Creer que tu perro ultra-desesperado de la vida va a cambiar de golpe porque pasas de él al cruzar la puerta, no es realista. Ya está. Es más, es posible que le pegue un pico de estrés e intente llamarte la atención por las buenas, con un montonazo de frustración y a saber cómo.
Trabaja las entradas y salidas (déjate de rollos)
En lugar de ignorar completamente al perro, se pueden reforzar comportamientos deseables, como enseñarles a sentarse o a saludarnos con calma. Mientras que ignorar a los perros al entrar por la puerta no explica nada, reforzar acciones que quieres que aumenten su probabilidad, acompañadas de premios y atención moderada, es mucho más efectivo.
Y sí, en términos técnicos, retirar la atención es un tipo de castigo, pero castigar no tiene por qué ser algo negativo o severo.
En conclusión, el consejo del tiktoker puede funcionar (en contextos específicos), pero no es una receta mágica. Como tutores responsables, debemos ser críticos con los consejos virales y buscar orientación personalizada (si la necesitamos). La educación de un perro debe entenderse como un proceso individualizado entre la educación, los límites (o disciplina, como quieras llamarle) y afecto.