La Ley de Bienestar Animal NO permite deducirse los gastos de los animales en la declaración de la Renta. Por lo menos, no hay nada confirmado

La Ley de Bienestar Animal NO permite deducirse los gastos de los animales en la declaración de la Renta. Por lo menos, no hay nada confirmado

La Ley de Bienestar Animal, en vigor desde septiembre de 2023, ha supuesto un avance significativo en la protección de los derechos de las animales de familia y el fomento de una convivencia responsable. Entre sus disposiciones, destacan una mayor regulación de la tenencia, la prohibición de ciertas prácticas y el refuerzo de las sanciones por maltrato animal. La opción de deducirse los gastos de los animales en la Renta, también ha sonado, pero todo parece indicar que quedará en agua de borrajas.

Por cierto, en el canal de YouTube, tienes más de diez vídeos con todo el seguimiento que hice durante 2023-2024.

Sin embargo, no es oro todo lo que reluce (por lo menos, aún no) y siguen faltando que muchas de las leyes planteadas terminen por reglamentarse. Sobre esto último, se ha hablado bastante en prensa estos primeros días del año, en concreto: de algunos incentivos fiscales relacionados con la declaración de la Renta. Pero ¿qué tan real es esta posibilidad? Según Noticias Trabajo, parece casi darse por sentado, pero todo indica lo contrario.

Qué dice la Ley de Bienestar Animal sobre los beneficios fiscales

La normativa actual no incluye menciones explícitas sobre deducciones fiscales para gastos de los animales, como alimentación, tratamientos veterinarios o seguros. No obstante, algunos medios han sugerido que este tipo de beneficios podría estar en debate, ya sea como parte de la aplicación futura de la ley o de medidas complementarias en el ámbito tributario.

A grandes rasgos:

Estas deducciones no se aplican en todas las Comunidades Autónomas. Tal y como explica la Ley de Bienestar Animal, esta medida depende del gobierno autonómico de cada región. Sin embargo, los requisitos para poder desgravar los gastos relacionados con el bienestar del animal serán los mismos en todas las comunidades que decidan ofrecer este beneficio fiscal.

Tras volver a analizar la ley 7/2023, yo no he encontrado nada que me haga creer que esto tiene algún fundamento, aunque sí pueden haberse hecho declaraciones en esa dirección (que no he sido capaz de encontrar, la verdad).

Cabe destacar que, para que una deducción fiscal de este tipo sea viable, sería necesario modificar la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) o introducir cambios específicos en las normativas fiscales autonómicas. ¿Y se ha hecho? Pues no. Por ahora, no se ha anunciado ninguna iniciativa formal en esta dirección.

Entonces, ¿es mentira? No bien, bien. Entiendo que ElHuffPost ha hecho una lectura posible de la ley y de algunas aportaciones de sus responsables, pero Eldiario.es es claro: «No, no es cierto que la Ley de Bienestar Animal permita desgravar los gastos derivados de tu mascota»

Con una pequeña excepción.

¿Y cuándo sí pueden deducirse los gastos de los animales?

Hay una… pequeña excepción, que ha servido para copar titulares en las noticias móviles. Los autónomos pueden deducir estos gastos si los animales son necesarios para el desarrollo de su actividad económica, como en el caso de ganaderos, empresas con perros guardianes o veterinarios (y entiendo que también educadores caninos que tengan perros de apoyo, por ejemplo).

Sin embargo, la Ley del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) no contempla deducciones para particulares por gastos veterinarios, seguros de mascotas u otros gastos relacionados.

En resumen, actualmente no es posible desgravar los gastos de una mascota en la declaración de la renta para particulares en España.

Realidad actual: toca consultar fuentes oficiales

En definitiva, no existe confirmación oficial por parte de Hacienda ni cambios en la legislación del IRPF.

La posibilidad de deducir gastos relacionados con los animales podría ser un paso importante para fomentar una convivencia responsable y aliviar la carga económica de muchas familias, pero también debemos tener en cuenta que, estos cambios, requieren tiempo. Por ahora es solo una idea en el aire, pero podría abrir un interesante debate sobre cómo las políticas fiscales pueden contribuir al bienestar animal. Hasta entonces, lo más importante es seguir cuidando a nuestros peludos y cumplir con las obligaciones que exige la Ley de Bienestar Animal.

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