Adiestramiento, educación y etología, ¿sabes qué es cada cosa?

Adiestramiento vs educación canina vs etología

A medida que trabajas en el sector animal, percibes que mucha gente no tiene una visión clara sobre qué es el adiestramiento, la educación canina y la etología clínica. Del mismo modo, tampoco quién se dedica a qué (ni quién puede dedicarse a cada actividad).

Este artículo-guía pretende resolver cualquier duda que puedas tener al respecto y el porqué no siempre resulta fácil diferenciar, ya que hay un batiburrillo guapo por Internet.

Si «te da palo» leer… tira de Ivoox.

Adiestramiento canino/felino

El adiestramiento canino es la enseñanza de habilidades o ejercicios concretos que nos permiten hacer diestros a los perros o a los gatos en cierta competencia. Etimológicamente, adiestrar es otorgar o aprender una destreza: o sea, hacerse o volverse diestro en algo.

Adiestramiento en obediencia

El adiestramiento es lo que solemos llamar obediencia (que viene del término adiestramiento en obediencia) y recoge ejercicios como el sentado (sit; sitz), el tumbado (down; platz) o el junto (heel; fuss). No obstante, desde una visión menos estricta, el adiestramiento puede incluir todos los ejercicios que queramos, como las habilidades caninas o aquellas que enseñamos al perro para practicar deporte o actividades como el dog dancing o el agility, así como ejercicios que resultan ser la base de otros ejercicios (estoy pensando en ejercicios como el target o el luring).

Educación canina/felina

Para hablar de educación canina, en cambio, ampliamos el radio e incluimos distintos métodos y sistemas de aprendizaje para que el perro viva acorde a una estructura educativa lógica y beneficiosa, para él o ella y para el resto (contexto).

La educación canina incluye:

  • Comprender, aceptar e integrar elementos de convivencia correcta con el grupo social (personas, perros y otros animales)
  • Un comportamiento adecuado (habituación) frente a todo tipo de estímulos propios del contexto: coches, olores, sonidos, objetos…

Educación canina (ico)

En otras palabras, adiestrar a un perro es enseñarle a sentarse hasta que “rompamos la orden”, mientras que educarle es aprovechar el aprendizaje anterior y dar un paso más, integrando este comportamiento en su día a día. Por ejemplo, sentarse y esperar nuestra orden cada vez que llega a un paso de cebra.  Educar al perro va mucho más allá, claro: es hacerle saber dónde puede dormir, cuándo vamos a jugar o cómo debe comportarse paseando o interactuando; en qué situaciones está permitido correr o ladrar y establecer límites y pautas colaborativas entre guía y perro, y viceversa.

El adiestramiento se basa en enseñar a un animal comandos u órdenes, mientras que la educación canina incluye elementos de control por parte del guía al perro, autocontrol del propio animal y una estructura de todo lo que puede hacer y no hacer y cómo debe gestionar su comportamiento y la emoción asociada.

¿Quién es educador o adiestrador? ¡¿Y qué estaba buscando yo?!

Aunque no existe una normativa española oficial, la ANACP permite federarse como adiestrador o educador tras un mínimo de 150 horas (lo cual es poquísimo, pero entiendo que atiende a la falta de criterios oficiales).

Un educador o adiestrador puede no tener una gran titulación para empezar a trabajar (aunque debería tenerla), si bien un cliente debería exigir, por lo menos, entre 500 y 1.000 horas teórico-prácticas de formación y experiencia al educador. Esto es una opinión.

Un educador canino es…

El profesional o la profesional que ofrezca servicios de educación canina los centrará, por regla general, en trabajar con los guías para obtener un buen comportamiento y una convivencia equilibrada y feliz. Por lo tanto, es probable que incluya servicios de modificación de conducta, que son aquellos que las familias más suelen necesitar.

El adiestramiento se centra en…

Por el contrario, el adiestrador se centra en crear una obediencia básica o avanzada para que las familias tengan un buen control del perro; en la obediencia avanzada, aumentan los criterios de tiempo, distancia y estímulos. Hoy día, se trabaja en colaboración con la familia, aunque todavía hay profesionales que realizan esta labor con el perro en residencia y, luego, explican a los guías cómo “llevar al perro” y a qué comandos responderá.

A grandes rasgos, las personas que trabajamos con perros realizamos trabajos de adiestramiento y educación canina, pues unos implican a los otros y viceversa. Hasta cierto punto, y entendiendo todas las diferencias, podemos decir que el educador es adiestrador. Utilizamos más el término educador canino porque engloba un mayor número de acciones y ¿por qué no decirlo? a primera vista parece menos “antiguo” o “agresivo”. A mí ambas me parecen bonitas y acertadas. Esto es otra opinión.

¿Quién es etólogo?, ¿y cuándo necesito un etólogo?

La etología, en cambio, es, probablemente, la disciplina que más dudas genera, pues no se vincula con la educación del perro (u otro animal), sino con el estudio del comportamiento. ¿Y cómo lo hace? Desde dos perspectivas complementarias: la biológica y la psicológica.

Etólogo y etología clínica

Los adiestradores y educadores deben toda la base teórica a los etólogos y al método científico. Si bien en el aplicativo, un educador debe realizar un análisis funcional antes de establecer un plan de trabajo, no está facultado para diagnosticar problemas orgánicos que afectan al comportamiento. El etólogo, al ser veterinario, sí puede hacerlo.

El papel de la etología clínica es importantísimo cuando sospechamos que existen afectaciones a nivel hormonal u orgánico (dolor, por ejemplo), que requiere de un tratamiento veterinario complementario al del educador.

Educadores, etólogos y clientes deben colaborar

Entonces, en un mundo ideal, un problema de comportamiento debe pasar siempre por manos de un/a etólogo/a que descarte problemas orgánicos. A continuación, se establecen pautas de modificación de conducta entre el educador y el etólogo.

Sin embargo, en casos sencillos donde no hay ningún indicativo de problemas orgánicos, el educador realiza el análisis funcional de la conducta, y establece un trabajo; en mi caso, intento hacer mucha pedagogía e integrar al etólogo en la ecuación. Ocurre que no todos los clientes entienden esta inversión o resulta complejo de trasladar la importancia de descartar problemas hormonales o de dolor (imposibles de analizar sin complemento veterinario).

Algunos ejemplos típicos son los desajustes hormonales que he comentado o los problemas articulares, así como síndromes como la cauda equina que pueden complicar mucho el trabajo del educador si no se descarta o aplica tratamiento frente al dolor que sufre el perro o animal.

Resumen muy resumido de educador, adiestrador y etólogo

El etólogo clínico…

puede diagnosticar problemas de conducta y poner tratamiento médico; siempre es un veterinario colegiado que ha estudiado la carrera universitaria y una especialización en etología (comportamiento animal).

El educador canino…

está capacitado para realizar un buen análisis funcional de las conductas, pero no puede diagnosticar; sin embargo, tiene competencias y herramientas prácticas para crear estructuras de comportamiento, crear nuevas conductas y adiestrar en obediencia.

La palabra adiestrador…

atiende al adiestramiento en obediencia, sin embargo, hoy, se utiliza como sinónimo de educador; el adiestramiento se encuentra dentro de la educación canina como la entendemos muchos profesionales.

(Yo mismo utilizo en Dog Ventura la misma página para educación y adiestramiento y, aunque diferencio, están en la misma sección por economía de comportamiento del usuario.)

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