Uno de los canales con más éxito de YouTube es VeterinarioGratis. (Hay bastante vídeo interesante sobre veterinaria, si quieres echar un ojo.) En un par de años, han acumulado más de 2.700 vídeos y, entre miles de temas, está el de las signos previos a la muerte. En otras palabras, las señales que pueden indicar cuándo va a morir tu perro.
Siempre están los típicos avisos: «no hay fórmulas mágicas», pero hay señales que pueden advertirnos de que esto sucede y, a partir de ahí, te presentan los signos o posibilidades más habituales.
Aunque algunos consejos pueden resultar útiles (a mí se me ha ocurrido sacar el artículo, por ejemplo, a raíz de un par de puntos chulos en este artículo), otros rozan lo sensacionalista. ¿Qué hay de verdad en estas señales? Vamos a desglosar la mayoría de las que se han comentado.
Cuando el perro no pasea, empieza a no ser perro
Los cambios en la rutina diaria sí pueden ser un signo que llama la atención de los tutores. ¿Tiene que ser grave? No, pero la pérdida de interés en actividades habituales, como los paseos, sí suele indicar una reducción de la energía o un malestar; sobre todo, si el perro es sénior.
Para un can, salir a la calle (al margen de que le guste socializar, u olisquear, o jugar con el mordedor) es un momento de enriquecimiento y felicidad (si tu perro tiene miedo a la calle no, evidentemente), pero si de repente empiezan a evitarlo, se niega a moverse, o prefiere volver a casa, puede ser señal de que su cuerpo empieza a no responder.
¿Seguro?
No, por supuesto que no. Muchos perros con demencia también modifican sus rutinas o empiezan a realizar comportamientos «extraños». De igual modo, una conducta extraña puede indicar malestar, pero no tiene por qué ser una enfermedad grave.
Alteraciones en las funciones vitales
En este caso, conocer las constantes de tu perro es clave para detectar anomalías, pero tampoco es indicativo de un fallo mortal en el organismo.
- Temperatura normal. Entre 38 y 39,5 grados (Celsius).
- Frecuencia respiratoria. 10-35 respiraciones por minuto en reposo.
- Frecuencia cardíaca. Entre 60 y 140 latidos por minuto, dependiendo del tamaño del perro.
Valores fuera de estos rangos pueden ser indicativos de problemas graves. Por ejemplo, una temperatura corporal significativamente baja puede reflejar hipotermia, mientras que una frecuencia cardíaca muy acelerada o demasiado lenta puede sugerir complicaciones en la salud del animal.
De nuevo, no significa que se vaya a morir mañana, solo que no está bien.
Letargia extrema: cuando la vitalidad se apaga
En este caso, te lo compro. La letargia es la señal más clara para saber cuándo un perro va a morir, pero deberías ser un tutor o tutora responsable y consultar con el hospital, o con la clínica veterinaria (dependerá de la hora y la gravedad). Un perro que pasa todo el día acostado, sin energía para moverse, responder a tus caricias o interactuar contigo, está mostrando que su cuerpo está agotado. En casos avanzados, puede acercarse al coma: y sí, es una señal evidente de asistencia veterinaria.
Cambios en el comportamiento y en el apetito
¿Hay correlación entre la falta de apetito o un cambio súbito en el comportamiento y una posible muerte? Sí, pero no una relación directa.
Los perros próximos a la muerte suelen manifestar cambios en la conducta, como la pérdida de apetito o interés por beber agua (polidipsia). Sin embargo, también puede ser todo lo contrario, como una micción más frecuente debido a una producción de orina elevada (poliuria). Puedes alargar la lista hasta donde quieras: actuar de forma inusual, comer en exceso, cambiar los hábitos, incontinencia, marcaje, pis o caca en lugares extraños…
Estas señales son un indicio de que su cuerpo está experimentando un desequilibrio (pérdida de la homeostasis), pero también un animal puede tener diarrea o vómitos antes de morir, o antes de curarse de un problema estomacal…
Muertes repentinas y complicaciones rápidas
Casi es más común observar muertes sin señales que las precedan. Existen casos de muerte súbita, en los que el organismo falla o colapsa de golpe, o un agravamiento rápido de condiciones clínicas, como:
- Torsión de estómago: mucho cuidado con el ejercicio intenso, sobre todo, después de comer y beber.
- Golpe de calor. Un riesgo común en verano, que puede empeorar debido a la falta de hidratación, el calor, los espacios cerrados y poco ventilados o el ejercicio excesivo.
- Picaduras o envenenamientos, que causan signos físicos evidentes y pueden resultar fatales en cuestión de horas. En la actualidad, hay que tener especial precaución con nuevas especies, como la avispa asiática.
En estos casos, la muerte llega sin avisos previos, recordándonos que no siempre es posible anticiparla. (En realidad, pocas veces hasta visitar al veterinario.)
La realidad detrás de las «señales» sobre cuándo va a morir tu perro
Las señales pueden ayudar a interpretar el estado de salud de tu perro, punto.
No existe una fórmula mágica para predecir el momento exacto de su partida, y eso está bien. Muchas historias de perros que parecen “despedirse” antes de morir están más relacionadas con interpretaciones humanas que con comportamientos objetivos y análisis de conducta basados en ciencia.
Como ejemplo cercano, esta misma semana una perra joven que conocí y que no presentaba problemas previos ha fallecido de forma repentina. No hubo letargia ni señales visibles, no hubo nada. (D.E.P. Nuca; otro abrazo fuerte a la familia) Esto demuestra que, pese a la observación y el cariño, la vida (y la muerte) de nuestros perros sigue siendo impredecible.
Sí es importante mantenernos atentos a los cambios en el comportamiento, aprender a identificar signos vitales anormales y buscar ayuda veterinaria a tiempo. La despedida de una mascota siempre será dolorosa, pero entender estos procesos puede ayudarte a tomar decisiones más informadas y ofrecerle a tu compañero el amor y la tranquilidad que merece hasta el último momento.