En la era de TikTok e Instagram, todo está petado de vídeos virales de perros como protagonistas de escenas graciosas. Cada día, hay una nueva «estrella», como el husky siberiano que habla con acento italiano. Le falta mover la mano como lo hacía Tony Soprano, vamos.
Sin embargo, este perro que parece repetir «per favore» (por favor, en italiano) y que ha sido portada de decenas de publicaciones digitales, puede indicar un problema gordo.
Estos contenidos virales tienen varias lecturas. ¿Son graciosos? A menudo, sí (otras dan ganas de irse a dar una buena vuelta). Desde luego, invitan a reflexionar sobre el impacto que pueden tener en los perros, sobre todo, cuando repetimos ciertos comportamientos para «conseguir el viral».
En el caso del husky siberiano, los ladridos y vocalizaciones de los perros cumplen una función comunicativa importante, sobre todo, en razas primitivas y de manada, como ampliaré un poco más abajo, pero también expresando desde ansiedad y frustración hasta alegría y demandas de atención.
Mira y juzga tú mismo:
@aaronthehusky_ Risposta a @Gladius Scale Model Passion ♬ suono originale – Antonia
Los vídeos virales suelen durar unos segundos, pero lo que no vemos es que los perros pueden haber repetido lo mismo durante mucho tiempo para conseguir el “clip perfecto”.
A veces, esto implica crear o mantener situaciones que generan estrés o nerviosismo en el animal, llevándolo a vocalizar de forma exagerada. (Con un husky, poco te cuesta que empiece a vocalizar, por cierto: que diga «per favore» es otra historia, claro.) Este tipo de refuerzos puede afectar al perro, generándole ansiedad o frustración sin que el espectador lo perciba.
El husky siberiano, además, es una raza conocida por sus vocalizaciones particulares, que incluyen aullidos y sonidos mucho más variados que otros perros. La capacidad está relacionada con su fuerte instinto de manada, así como su origen primitivo (raza primitiva), como ocurre con el akitu inu, el samoyedo o el mastín tibetano.
La vocalización es natural y saludable en estos perros cuando ocurre de manera espontánea, pero debe evitarse el nerviosismo innecesario para provocar que el animal emita sonidos.
Por último, si vemos a un husky que vocaliza de forma natural, está bien. No hay problema. ¿Ocurre así en el vídeo o está siendo «generado»?
Míratelo un par de veces, y me dices tú mismo/a.
Cuando los comportamientos son inducidos por los humanos, puede convertirse en un problema para su bienestar emocional. Además, mientras que millones de personas disfrutan de estos clips virales, pocas se informan sobre las necesidades educativas de los perros o los métodos de entrenamiento que promueven su bienestar.
Si te fijas, el husky siberiano que habla ignora el «seduto» (sentado) del vídeo. ¿Por qué? Quizá le cuesta entender un «sienta» en este estado emocional, quizá apenas ha trabajado esa orden. En este caso, yo apostaría por lo primero, aunque no puedo demostrártelo así.
Con este tipo de contenidos, seamos un poco más críticos. Podemos hacer vídeos divertidos, y que sigan siendo respetuosos con nuestros perros. (El caso de Max, el husky, parece ser un buen ejemplo de esto que estoy contándote en esta entrada.) No lo olvides.
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