Tras las vacaciones, la vuelta a la rutina para los perros resulta un proceso complicado que siempre debemos tener en cuenta.
¿Para qué? Principalmente, para organizar nuestro día a día y tratar de no hacerlo de forma “súbita”. Asimismo, tener en mente algunas actividades para aliviar el estrés de los cambios hará que todo sea mucho más fácil.
¿Por qué los perros adoran la rutina?
Si bien hablamos de vuelta a la rutina, la realidad es que, tras las vacaciones o una etapa excepcional como la Covid-19, lo que hacemos es un cambio de una rutina hacia otra, y viceversa.
Es algo que les cuesta mucho a los perros, pero que también en las personas nos pasa factura (recuerda los típicos artículos de “afronta la vuelta al trabajo” que se repiten cada septiembre ), porque:
- Mientras nos adaptamos a una nueva rutina, tenemos que enfrentar una mayor imprevisibilidad (y los animales adoramos contar con un marco de previsibilidad, que siempre es menos estresante)
- Por norma, cuando pasamos de una situación de “vuelta a la rutina”, estamos dejando atrás una rutina más beneficiosa para nuestros perros y para nosotros: más tiempo libre, menos obligaciones, etcétera.
A grandes rasgos, se explica así: rutina = previsibilidad en su justa medida = menos estrés.
Tanto los perros como las personas contamos con mentes adaptables a los cambios (¡esa es una de las razones por las que nos llevamos tan bien!), por lo que, con las pautas siguientes, debería ser cuestión de unos días o un par de semanas, como mucho, que un perro sin problemas de comportamiento acogiese otra rutina.
¿A qué prestar atención en los cambios de rutina de un perro?
Vale, empecemos por lo más discutible de todo el artículo. Desde mi punto de vista, un perro tiene que vivir entre la previsibilidad y una rutina que no sea aburrida, por ello intento mantener cierta flexibilidad en su día a día. Lo comento desde el principio porque habrá otros educadores que prefieren establecer rutinas mucho más estrictas en los perros, mientras que hay otros, como yo, que marcamos una estructura e intentamos generar perros “todoterreno”.
- Los perros salen a pasear de mañana y de tarde, por lo menos, pero no tiene por qué ser siempre a la misma hora: no marco un horario estricto para los paseos, las comidas, el juego estructurado, el olfateo, los entrenamientos o la socialización…
- Cubrir todas sus necesidades, pero hacerlo de forma distintas: dicho de otro modo, generar una rutina variada. Aquí tienen cabida juegos de inteligencia, masticables, sembrados y alfombras olfativas, Kongs, paseos, entrenamiento.
¿Por qué no? En mi experiencia, la falta y el exceso de previsibilidad son primos hermanos y ambos generan estrés y ansiedad. En el primer caso, el perro no sabe cuándo viene cada cosa y generamos perros ansiosos; por otro lado, si el perro anticipa lo que viene, potencialmente también generamos perros ansiosos.
Las cuatro patas de la vuelta a la rutina en perros
#1. Acostumbrar al perro a estar solo después de vacaciones
DÍAS ANTES (e incluso alguna semana) del final de las vacaciones, vamos a empezar a dejar al perro solo un rato. Vamos a generar un cambio de rutina progresivo hacia los tiempos en los que tiene que volver a estar solo o sola.
De este modo, te aconsejo, además, que varíes el tiempo en el que queda solo: el primer día, 20 minutos, el siguiente, 30, luego, 10 minutos, después, 25, 20, 40 minutos, 1 hora… Si puedes evitarlo, no sigas una linealidad y si puedes realizar varias salidas a lo largo del día, mejor que mejor.
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#2. Compagina ejercicio físico con estimulación mental
Por norma, los perros en vacaciones pasan mucho más tiempo en la calle: oliendo, jugando, corriendo, socializando. Ve modificando estos tiempos de forma progresiva también y complementa con paseos que incluyan ejercicios de estimulación mental, olores, correa y sin correa (en el caso de que ya cuente con una buena obediencia), etcétera.
#3. Salidas para no perder los hábitos higiénicos
Muchas familias veranean en zonas de costa o montaña con jardín y acaban despreocupándose un poco de cuándo hace pis o caca el perro: se limpia o se recoge y ya está. Yo, por ejemplo, vivo en casa y hago una recogida diaria por el jardín —pese a los paseos, mis dos perros están enseñados en hacer pis y caca en la zona de tierra del jardín, lástima que los perros de residencia me boicoteen un poco —, pero sigo felicitando y premiando, de vez en cuando, a mis perros por hacer sus necesidades en los paseos.
Sin embargo, en el caso de que vuelvas a un piso, esto es muchísimo más importante, aunque tampoco te deberías preocupar en exceso porque los hábitos higiénicos se hayan relajado un poco y te encuentres un pipí o una caca puntual. Premia mucho fuera, ignora y limpia en casa si hay un descuido puntual y será cuestión de días.
#4. Presta atención a tu perro tras las vacaciones
Existe la ansiedad por separación, la depresión canina y muchas otras patologías, pero también es normal que nuestros colegas estén un poco más tristes o apagados a veces. Si se alarga este proceso tras las vacaciones, siempre hay que descartar una posible enfermedad (orgánica) y, luego, pasamos a etólogos/as y educadores/as cuando sea necesario. No obstante, si realizas cambios progresivos y con cierta constancia en su rutina, ya verás cómo resulta muy sencillo adaptarse al periodo después de vacaciones.
(Casi) sobra decirlo, pero en esta época post-covid, ha habido un gran aumento de casos de ansiedad por separación, ¡también puede darse tras las vacaciones, igual que haber generado un miedo a la soledad o una depresión canina! Si necesitas que te eche una mano, visita las secciones de educación canina o modificación de conducta de Dog Ventura y estaré encantado de ayudarte o de recomendarte a un profesional.
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